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Dolor de cabeza, cómo abordarlo de forma natural







¿Qué es y cómo se manifiesta?


No existe persona que en algún momento no padezca o haya padecido dolor de cabeza.

Este es un trastorno que aqueja hoy a mucha gente, cada vez más, limitando su capacidad de acción.

Son dolores que se manifiestan en la parte alta de la cabeza, con latidos entre las sienes, a veces dolor de nuca o una presión punzante en la coronilla.

Muchas veces están asociados con mareos y vómitos, otras veces impiden la visión y la persona queda inhabilitada para cualquier función.

Suele ocurrir que sean recurrentes, que se padezcan más de una vez durante el mes.

Algunos dicen que son crónicos que los vienen teniendo desde la infancia o adolescencia, repitiéndose continuamente.

Otros alegan que comenzaron a desencadenarse en un determinado momento de su vida y que cuando suceden no pueden realizar ninguna actividad, lo única solución que encuentran como válida, es retirarse a dormir y tomar un analgésico para aliviar el síntoma. Los médicos en su mayoría ven a este trastorno como la consecuencia de tensión emocional o como problemas en las cervicales que impiden una buena irrigación sanguínea o como problemas hereditarios.

Frente a todo esto, en general aconsejan medicación.

Esta medicación que en un principio es suave, al cabo de un tiempo termina siendo fuerte porque los dolores se hacen recurrentes.

Las personas, a partir de que los dolores se hacen continuos, consumen la medicación con más frecuencia, porque ésta misma, va intoxicando el organismo, lo cual genera que el dolor de cabeza se reitere.

Si bien es cierto que las causas aducidas por muchos médicos como la tensión y el problema de falta de irrigación sanguínea producto de tener tensa la zona cervical, son reales, no son las únicas.

Es importante conocer otras causas e interiorizarse por formas naturales de resolución para no continuar contaminando el organismo con analgésicos.

¿Cuál es la actitud generalizada frente al dolor de cabeza?


En general se consumen analgésicos para aliviar el síntoma, lo cual afecta la función hepática, digestiva y circulatoria, intoxicando al organismo y generando la repetición del problema.

Uno de las manifestaciones propias más comunes de la sobrecarga hepática es el dolor de cabeza.

Es real que ante el medicamento surge el alivio, pero luego ese mismo analgésico carga aún más al hígado y el síntoma se reitera.

La posibilidad de cambiar


Existen formas naturales de resolución que no implican el uso de analgésicos. Se trata de cambios en los hábitos de vida, a partir de pautas alimenticias, trabajo corporal, meditación, respiración, auto-masajes, hidroterapia, terapia con hierbas medicinales, uso de aceites esenciales, movimiento de la energía estancada, que iremos mencionando a lo largo de esta nota.

Causas


La acidificación de la sangre y de todo el medio interno

La sangre y el medio interno de un ser humano tiene que ser alcalino.

Pero ocurre que en general se acidifica.

Los síntomas de un medio interno acidificado son varios: dolores de cabeza recurrentes, contracturas, dispepsias, problemas digestivos en general, infecciones, presencia de radicales libres en el organismo, cansancio, mal humor, irritabilidad.

El medio interno se acidifica por varias razones: hacerse “mala sangre”, es decir demasiada preocupación, tensión, estrés, exceso de comida, exceso en el consumo de grasas saturadas (carnes, embutidos, leche, quesos) y también de grasas vegetales, es decir de aceites, exceso en el consumo de nueces, almendras, maníes, de proteínas en general, azúcares, alcohol, excitantes del sistema nervioso como café, té negro, hierba mate, bebidas cola, químicos en general, como medicamentos y los que son aditivos de los alimentos.

También acidifica el medio interno, la carga electromagnética de computadoras y electrodomésticos en general.

Sobrecarga hepática, emocional, sistema circulatorio

Esta es una de las causas más importantes.

El hígado actúa en el organismo como un laboratorio, es el encargado de filtrar las toxinas para poder permitir una buena calidad de sangre y una buena circulación de la misma.

El hígado es uno de los órganos más sensibles frente a emociones intensas, tensiones, estrés. Cuando esto ocurre su función de desintoxicar y limpiar se ve disminuida porque se encuentra sobrecargado.

Cuando el hígado se encuentra en esta condición, la sangre no circula adecuadamente, la presión sanguínea se desequilibra, subiendo o bajando y la sensación de dolor de cabeza es una consecuencia de este desequilibrio.

A su vez la función hepática se sobrecarga por exceso de alimentos grasos, azúcares, químicos en general, exceso de comida, alcohol, harinas, alimentos demasiado cocidos o elaborados, embutidos, gaseosas, café, hierba mate.

La dieta equivocada

Muchas personas creen que comen bien y sin embargo su alimentación sobrecarga las funciones corporales y los órganos.

Es común escuchar decir que se come sano, liviano porque se consumen alimentos diet o light. Estos alimentos son justamente lo contrario de una alimentación sana, ya que contienen Aspartame, que es uno de los principales alimentos generadores de dolor de cabeza.

El Aspartame es un químico que forma parte de los edulcorantes artificiales y que está asociado con 92 enfermedades, entre ellas las más comunes son trastornos del sistema nervioso (insomnio, depresión, ataque de pánico) y una gran sobrecarga hepática.

El Aspartame al ser un químico tan fuerte desequilibra al hígado. Éste se nutre de carbohidratos (harinas de todo tipo y azúcares).

De manera que, cuanto más Aspartame se consume, más necesidad de dulces y harinas hay, con lo que en general es muy difícil bajar de peso consumiendo alimentos diet o light.

Según el libro de Jean Carper: “Los Alimentos Medicina Milagrosa”, Editorial Norma:

“El Aspartame puede ser un factor desencadenante importante en una gran proporción de las personas que sufren de dolor de cabeza” dice el Dr. R.B.Lipton, neurólogo de la Unidad de Dolor de Cabeza del Centro Médico Montefiore, de la ciudad de Nueva York, que estudió el efecto del Aspartame en 117 personas que sufrían cefaleas.

Otro componente, según la misma autora, generador de cefaleas es el glutamato monosódico que busca resaltar el sabor de los alimentos procesados.

Según el Dr. Buchholz, mencionado en el mismo libro: “La cafeína presente en hierba mate, café, gaseosas, es la primer instigadora del dolor de cabeza en Estados Unidos”. Si una persona sufre de dolor de cabeza debe suspender primeramente la cafeína.

Según Michael Murray y Joseph Pizzorno, en su libro: “Enciclopedia de Medicina Natural” de Editorial Tutor, los alimentos que contienen aminas, tales como el chocolate, el queso y el alcohol, precipitan los ataques de migraña.

Otros alimentos generadores de dolores de cabeza son: los cítricos, los lácteos, ciertas carnes y pescados (“Alimentos Medicina Milagrosa”).

El dolor de cabeza, muchas veces es en sí una alergia, puesto que es la expresión que tiene el cuerpo, de mostrar su intolerancia a algún agente externo.

Pero puede ocurrir que ninguna de las sustancias anteriores se hayan consumido, y sin embargo el dolor de cabeza está presente de todos modos, como consecuencia por ejemplo, de estar ansioso y comer demás.

Se puede uno intoxicar comiendo solo arroz integral y zanahorias y esto caerle tan mal como si hubiera consumido los alimentos más pesados, solo por el hecho de haber comido con ansiedad o más cantidad de la que el cuerpo necesita.

Existen también otros factores desencadenantes, tales como:

La abstinencia de la cafeína

Si bien el consumo de cafeína es un factor desencadenante, la falta de la misma genera el llamado síndrome de abstinencia, que produce un fuerte dolor de cabeza, a veces con náuseas y vómitos.

Esto ocurre porque la cafeína es en sí una droga y actúa como tal.

El organismo, la sangre, el hígado en particular, viene habituado a consumir, café, té negro, hierba mate, alguna bebida cola. Basta que alguna de éstas se consuma diariamente, aunque sea una sola taza, un solo vaso, para que la falta de la misma produzca dolor de cabeza.

Si la persona está dispuesta a eliminar la cafeína de su vida y hacer un proceso de desintoxicación, en menos de dos días, sabiendo acompañar el proceso, con hierbas medicinales, tales como té de menta, jengibre o rojo y una dieta muy simple, el dolor de cabeza desaparece.

El clima

El clima es otra de las causas importantes en la aparición de este síntoma.

Se trata de estar atento, ya que los días son diferentes entre sí, lo mismo que las zonas en donde uno se encuentra, campo, ciudad, montaña, mar…, así como cada estación (primavera, verano, otoño, invierno).

El hígado es un órgano duro, grande, compacto, sólido, necesita para equilibrarse de lo blando, lo frío, del sabor agrio y amargo, de lo acuoso.

Cuando llega la primavera y el verano el organismo necesita de agua, humedad, para que la circulación sanguínea que tiende a lentificarse, se equilibre y para que el hígado no se cargue tanto, porque el calor tiende a desequilibrarlo.

Si un día de calor, clima seco, es decir poca humedad, ya sea tomando sol o no, no se ingiere la suficiente cantidad de líquido, si se come demás, si además se consumen alimentos muy elaborados, demasiados carbohidratos o grasas y poco líquido, verduras y frutas, o se consume algún alimento frito, obviamente los órganos se resienten y la sangre no circula bien por lo que un dolor de cabeza suele ocurrir.

Si un día de 30ºC se consume una milanesa de soja, por más que se la acompañe de verduras, va a ser diferente que si esto mismo se consume con 10 ó 15 ó 20ºC.

El efecto de este desequilibrio, puede ser un lógico dolor de cabeza, como expresión que el cuerpo tiene, de sacar afuera, de expresar, esa sobrecarga.

Puede ocurrir también que un día seco, caluroso o en lugares dónde la sequía ya está instalada, aunque se coma fruta y verduras, el dolor de cabeza se instale, producto de que el organismo no puede adaptarse al calor o sequedad reinante. En ese caso se trata de buscar el agua, apartarse del sol, evitar la fruta azucarada, los alimentos densos y beber mucho líquido para ayudar a que la sangre drene.

También suele ocurrir que cuando el clima es húmedo y las temperaturas elevadas, el sudor no se evapora con suficiente rapidez, lo que impide que el cuerpo libere el calor rápidamente.

Esto implica una carga de calor que afecta las funciones circulatorias, por lo que el dolor de cabeza puede ser un síntoma del exceso de calor y humedad.

Pensar mucho

El exceso de pensamiento agota las funciones corporales.

Cuando se está incesantemente pensando en lo que hice o no hice, en lo que hizo o no hizo fulano de tal…., en lo que debería o no debería yo hacer, la tensión es constante.

Una persona relajada piensa solamente en lo necesario, en lo factual, no elucubra, no especula.

Cuanto más inseguros nos sentimos, más pensamos, creyendo erróneamente, que al pensar vamos a ayudarnos a resolver y sucede que pensando y pensando, más tensión y estrés generamos.

El estrés producto de un pensamiento incesante reciente el organismo, la calidad de nuestro medio interno y los órganos se afectan, el hígado y la circulación se desequilibran.

La sobrecarga debida al exceso de pensamiento, puede expresarse como dolor de cabeza, es la manera que tiene el propio ser de descargar lo que está sobrando, en este caso, exceso de pensamientos.

Tensiones

Basta con un momento de tensión para que todo el organismo se desarticule.

Ante cualquier situación adversa, ante una sensación de peligro, cuando el miedo o la inseguridad emergen como sensación, buscamos inconscientemente defendernos y en esa actitud de defensa nos tensionamos.

Cuando hay tensión, el cerebro emite neurotransmisores, péptidos ú hormonas que van directamente al torrente sanguíneo, modificando la calidad de nuestra sangre. Cuando la sangre se modifica, dejando su calidad alcalina, que es la que tiene que existir en un estado de cierta normalidad, por sangre acidificada, producto de esta tensión, la circulación de la misma se ve modificada, el hígado y los órganos se sobrecargan y el resultado puede ser el dolor de cabeza o cefalea, como respuesta a dicha tensión.

Pan y queso

Estos son los alimentos que más dificultad tienen las personas en dejar de consumir.

Cuando a una persona que sufre dolor de cabeza recurrente, se le dice dejar por un tiempo las harinas y los lácteos, esto les genera resistencia.

Sin embargo estos alimentos están íntimamente asociados con los dolores de cabeza.

El trigo y la leche contienen elementos alergénicos, como ciertas aminas y es notable como al dejar de consumirlos, se produce un alivio muy grande en relación a esta dolencia.

Cabe mencionar que el hígado se sobrecarga con el consumo de grasas saturadas, la leche y los quesos contienen este tipo de grasas, incluso cuanto más estacionado es el queso más grasa disponible tiene, por lo que el hígado se carga, afectando la circulación sanguínea.

Las harinas por otro lado, en forma de panes, galletas, alimentos de repostería, pizzas, empanadas, tartas, etc., elaborados con aceites hidrogenados o incluso aquellos elaborados con aceites de buena calidad, congestionan las funciones corporales. La levadura es expansiva y congestionante. Cuando se excede la cantidad en el consumo de pan, el organismo se resiente.

¿Porqué cuesta tanto dejar este tipo de alimentos?


El trigo en su constitución contiene algunos elementos opiáceos que generan adicción.

La leche y sus derivados contienen también elementos derivados de sustancias del tipo del opio.

Claudia Navarro y Manuel Núñez, que han escrito en la Revista CuerpoMente, editada en Barcelona, España, Nº 154, sobre “Los alimentos adictivos”, nos aclaran:

“El queso contiene altos niveles de caseína, la proteína de la leche, que según Neal Barnard, fundador de la Comisión de Médicos por una Medicina Responsable, investigador y profesor de medicina en la Universidad George Washington, se descompone durante la digestión y da lugar a compuestos similares a la morfina, denominados casomorfinas que, según se cree, pueden ser los responsables químicos del vínculo especial que une a la madre con el bebé lactante tras el nacimiento. Una taza de leche contiene unos 6 grs. de caseína, sustancia que en el queso se encuentra mucho más concentrada. La intensidad de los efectos de las casomorfinas es diez veces menor que los de la potente morfina”.

El queso, al ser elaborado a partir de la leche, tiene algo similar en su composición al primer alimento que el ser humano ingiere, por lo que la sensación de plenitud y gratificación que se tiene al consumirlo es similar a la del bebé cuando recibe la leche materna.








Azúcar

El consumo de azúcar es otro componente alimenticio, que está relacionado con los dolores de cabeza.

El azúcar es un poderoso acidificante, cuando el organismo se acidifica el hígado se sobrecarga. El azúcar por otro lado desmineraliza al organismo, quitando calcio, hierro, fósforo, magnesio, zinc y otros.

Alcohol

Siempre se habla de los efectos beneficiosos del vino tinto en relación a la circulación de la sangre y de los flavonoides en relación a la baja de colesterol, pero poco se dice de los efectos del mismo sobre la función hepática y lo que esto desencadena. Según el libro de Jean Carper, “el vino tinto posee unas sustancias llamadas congéneres, entre las que se cuenta la tiramina.”

Según la doctora Lttlewood, de la Clínica de Jaquecas “Princesa Margarita” del Hospital Charing Cross de Londres, “el vino tinto produce jaqueca más allá del alcohol, por un compuesto fenólico natural, ausente en el vino blanco que es difícil de metabolizar adecuadamente”.

Según otros investigadores esto tiene que ver también con sustancias propias de la uva, que también están en las pasas de uva y que generan efectos de dolor de cabeza en el organismo.

Más allá de la uva, y del vino tinto, el alcohol sobrecarga la función hepática.

Grasas y aceites

El organismo para funcionar equilibradamente necesita grasas, hidratos de carbono ó azúcares, minerales, vitaminas, agua y proteínas.

Estos son los componentes de la leche materna y están en una determinada proporción para que el bebé crezca naturalmente.



Según Annemarie Colbin, en su libro: “El Poder Curativo de Los Alimentos”, Editorial Robin Book:

“En 100 grs. de leche materna, existen 120 mg. de minerales y vitaminas, 1.100 mgrs. de proteínas, 4.000 mgrs. de grasas, 9.500 mgrs. de hidratos de carbono y 87,5grs. de agua.

De estas cifras surgen dos sorprendentes realidades.

La primera: en este alimento perfectamente adaptable para los bebés, que en 6 meses les hace duplicar el peso con que nacieron, la cantidad de proteínas presente es solo ligeramente superior al 1%. Al parecer la naturaleza cree que no necesitamos grandes cantidades de proteínas.

Segunda: hay cuatro veces más grasas que proteínas en la leche materna.

¿Cuál es la relación entre la proporción de elementos nutritivos presentes en la leche materna y la proporción que necesitamos los adultos?

Mis estudios me han llevado a creer que, exceptuando el alto contenido de grasas necesario para el crecimiento del bebé, la leche materna contiene un equilibrio nutritivo muy similar al que conviene al cuerpo adulto. Esta similitud se manifiesta en toda nuestra vida de adultos: cuando no se satisface la necesaria proporción de elementos nutritivos, los mecanismos autocorrectores se lanzan al ataque y nuestros cuerpos ansían, reclaman los nutrientes que faltan”.

En cada almuerzo deberíamos consumir: cereales integrales, proteínas animales o vegetales fundamentalmente y verduras que aportan vitaminas y minerales. Si comemos equilibradamente la química del organismo funciona armónicamente, por lo que no buscaremos la saciedad y la potencia en un consumo exagerado de grasas, aceites o carbohidratos (pan, queso, dulces, carnes, embutidos).

Si consumimos exageradamente proteínas, grasas, carbohidratos y en forma desequilibrada, se generarán desórdenes de todo tipo, en lo que el dolor de cabeza es una expresión de dicho desorden.







¿Es la herencia una causa?


Muchas personas aducen que sus dolores de cabeza son hereditarios, como si eso fuera un estigma, algo ya marcado que implica no poder revertir la situación.

Es real que los factores hereditarios inciden en la forma en que se expresa nuestro cuerpo y mente. No podemos dejar de tener en cuenta que los genes se heredan y hay características que vienen de nuestros padres y abuelos. Pero está en nosotros la posibilidad de modificar dicho estigma.

En EE.UU. por ejemplo, muchos médicos operan de las mamas a mujeres, que aunque no tengan ningún indicio de cáncer de mama, lo hacen por “supuesta seguridad”, porque sus madres y abuelas tuvieron cáncer de mama. Lo mismo ocurre con gente que tiene herencia de hipercolesterolemia o hipertensión y se medica a los descendientes aunque no tengan dicho problema, a modo de prevención.

Esto quita la posibilidad a la persona de hacer su propio camino de cambio y revertir el proceso.

Toda enfermedad tiene su base en un modo de ser, de funcionar, tanto físico, como psicológico.

Si el dolor de cabeza era algo que afectaba a alguno de nuestros padres o abuelos, es importante investigar cuál era la causa.

¿Qué pasa con los hábitos alimenticios, qué pasa con la posibilidad de hacer diariamente actividad física?

¿Cómo uno vive su vida, que tan apurado, estresado, tenso está diariamente? ¿Qué cantidad de horas duerme durante la noche?

¿Qué actitud tiene frente a la vida?

¿Cómo toma las diferentes situaciones?

¿Cómo es emocionalmente?

¿Sabe expresar sus sentimientos?

¿Cuán seguido se enoja?

¿Cómo funciona su aparato circulatorio, digestivo y si funciona no muy bien, de qué manera se puede regular que no sea con una pastilla, sino a partir de la comprensión y el modificar pautas y hábitos de vida que no son buenos para uno?

Es posible para todos generar cambios, es estar interesado en que ocurran y comprometerse en ello.

El peligro de los analgésicos


Por desconocimiento de lo que éstos pueden generar, por prescripción médica, porque no se soporta el dolor o porque es más fácil que generar otros cambios, se recurre al analgésico.

Este actúa eliminando el síntoma, pero la raíz del problema se perpetúa, no hay ninguna transformación. Por el contrario, el analgésico actúa contaminando más aún el organismo, acidificándolo, cargando la función hepática, con lo que, por un lado como cualquier pastilla, llega un momento que no hace el mismo efecto que al principio, porque el organismo se acostumbra a ella y luego se necesita cada vez más de la misma o de otras más fuertes, para lograr el mismo efecto.

La exposición a químicos


Los productos químicos en general, ya sean en forma de medicamentos, o los que se encuentran en los alimentos, tales como insecticidas, fertilizantes, colorantes, resaltadores de sabor, espesantes, esencias aromáticas, etc., contaminan nuestro organismo, no permitiendo su natural funcionamiento.

Lo mismo ocurre con aquello que está en contacto con nuestra piel o inhalamos a través de las fosas nasales, como cremas para el cuerpo, shampús, desodorantes, ropa de poliéster o nylon, los formaldehídos de las pinturas para la casa, los químicos que forman parte de aires acondicionados, las luces de mercurio, las pinturas para el rostro y la tintura de cabello, lo mismo que los elementos usados para pegamento de alfombras, limpieza de ropa en tintorería, artículos de limpieza en general. Todos estos elementos son alergénicos. El cuerpo reacciona frente a ellos y el dolor de cabeza es una de las posibles reacciones que se desencadena frente a esta contaminación.

Es amplia la experiencia de personas que han descartado alguno o varios de estos elementos en su vida y que han dejado de padecer dicho problema.

Los lugares más contaminados son aeropuertos, aviones, hospitales y shoppings, donde se usan variedad de elementos de limpieza, así como también formaldehídos que forman parte de pinturas, luces, pegamentos y hasta aerosoles para eliminar bacterias.

Si bien la química, a la que hoy se está expuesto, genera trastornos diversos, alergias que se manifiestan como dolores de cabeza, erupciones en la piel, afecciones intestinales, problemas circulatorios, es posible, a partir de ciertos cambios en hábitos alimenticios, o cambiando el uso de cosméticos y elementos de limpieza, por otros de origen natural, sufrir, lo menos posible, este tipo de contaminación.

Estreñimiento


Éste puede ser una causa importante de dolor de cabeza.

Cuando el intestino no funciona con regularidad, la sangre se intoxica, no hay la suficiente eliminación de toxinas y los deshechos que el organismo necesita expulsar quedan dentro del organismo.

El cuerpo, así como todas las funciones corporales y mentales están sobrecargados.

Uno de los mecanismos mayores de descarga que tenemos es a través de la eliminación de la materia fecal. Si ésta no se expulsa, quedan las toxinas en el cuerpo, y el organismo no se purifica, por lo que no hay eliminación de residuos, con lo que la sangre no hace su proceso natural de desintoxicación.

El dolor de cabeza es una expresión de este desequilibrio, ya que la sobrecarga existente, necesita justamente, descargarse de alguna forma.

La cefalea puede considerarse como una forma de eliminación, que el organismo necesita realizar, ya que no se produce la descarga por el canal natural, es decir el intestino.

Exceso de computadora y TV


El exceso de carga electromagnética entra a nuestro torrente sanguíneo debilitando la calidad de la sangre, acidificándola. Exposiciones largas a las ondas electromagnéticas de PC, TV y teléfonos móviles, intoxican el torrente sanguíneo. El dolor de cabeza muchas veces está relacionado con dicha exposición. No se trata de prescindir de estos elementos y de los avances de la tecnología, sino de hacer un uso racional de los mismos.

Las cargas electromagnéticas generan diversos síntomas de malestar en las personas, fuertes contracturas en el cuerpo, jaquecas agudas y debilitamiento general.

Por todo ello es importante usar la tecnología, de computadoras, celulares y otros aparatos lo menos posible, solo lo imprescindible, sabiendo además contrarrestar sus efectos movilizando el organismo con actividad física cotidiana, y estar lo más en contacto posible con la naturaleza, respirando aire puro y llevar adelante una dieta adecuada.

Las menstruaciones


Suele ocurrir que durante el ciclo menstrual ocurran agudos dolores de cabeza.

Muchos especialistas aducen que tienen que ver con lo hormonal y que el exceso de estrógenos actúa provocando dicho síntoma.

Cuando el hígado está sobrecargado, no realiza equilibradamente su función de filtrar toxinas y purificar el torrente sanguíneo.

En un momento en que la cantidad de estrógenos, durante la menstruación es elevada, si el hígado está cargado, no tiene la capacidad de filtrarlos desde el torrente sanguíneo en su justa medida, por lo cual sensaciones tales como migrañas, dolores abdominales y hasta a veces náuseas y vómitos son frecuentes, ya que son síntomas del exceso de estrógeno en la sangre.

Según el Dr. Neal D. Barnard, de Società Scientifica di Nutrizione Vegetariana (Italia):

” “Para muchas mujeres los trastornos de la función menstrual pueden suponer un gran fastidio y en algunos casos incluso impedir el seguimiento normal de las actividades diarias. Más de un 10% de mujeres y adolescentes sufren de dolor menstrual muy severo cuya causa no se logra identificar. Sin embargo, en algunos casos, este dolor puede tratarse de uno de los síntomas presentes en la endometriosis (una condición en la que las células que normalmente estarían en el útero se desplazan a la cavidad abdominal), adenomiosis (existencia de islas de células uterinas dentro de la pared del músculo uterino), fibromas (presencia de un crecimiento anormal de células musculares en las paredes del útero), u otras patologías. Los factores nutricionales juegan un papel muy importante en el control y alivio del dolor menstrual.

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